30.5.05

Notas al pie de página

sólo para no olvidar que tengo un blog, acá va una lista de trivialidades:


  • estoy en proceso de comprarme unos lentes nuevos, fui al oculista y descubrí que mi miopía se está estancando, lo cual es bueno (de todos modos, con 7 puntos en cada ojo lo próximo que seguía era adquirir un perro y un bastón.)
  • el otro día en el metro vi a una mina que me encantaba cuando estaba en el colegio, y me llevé una grata sorpresa al comprobar que está aún mejor! guachita rica(p.s.), vale la pena verte cada 3 años si te encuentro así de bien...
  • ese mismo día, en el mismo metro, pero varias estaciones más adelante, el maldito tren frenó de repente, y venía tan lleno que no tuve de donde agarrarme. a pesar de eso no me caí, porque una amable anciana que iba sentada me afirmó del poto y me sostuvo jajajaja...me senti un poco ultrajado, eso sí.
  • por estos días he estado pensando en una lista de las 10 mejores canciones para días nublados(he repasado desde Travis a Marco Antonio Solís), pero me faltan algunas así que acepto sugerencias.
  • hace poco pasé por el Portal Lyon y fue casi surrealista...lleno de pendejos/as "emo" vestidos igual, peinados igual...parecían fabricados en serie. era como el ataque de los clones, o peor aún, como el pueblo de los malditos, esa película de los niños de pelo blanco que quemaban a la gente. glup.
  • mañana sale publicado en el pasquín universitario una nueva entrega de mi híbrido crítica gastronómica/columna de opinión/cuasi-humorística titulado "el gourmet de a luca". por ahí me dijeron que estaba bueno, ojalá alguien más piense lo mismo.
  • también mañana (en realidad hoy, ya son las 00.01 del martes) me toca conducir el programa de taller radio, un lúdico espacio de 40 minutos lleno de información ágil, veraz y entrenida, transmitido en directo hacia ninguna parte, porque no sale al aire.
eso es todo por hoy. c'est fini.

17.5.05

matrimonio en el patio

probando...probando...
Esta mañana vi una protesta increíble. Los estudiantes del campus oriente de la UC (teatro, música, filosofía, entre otros) alegan porque sus jardines son constantemente invadidos por matrimonios que deciden celebrar sus fiestas ahí.
El problema es que la universidad no les cede espacios a ellos para sus propias actividades y le da preferencia a estos eventos externos que le reportan dinero, del cual por supuesto nadie ve un puto peso.
La cosa es que la creativa gente de campus oriente decidió llamar la atención organizando su propio matrimonio en la Casa Central. Con novios, arroz y orquesta en vivo. La fiesta de protesta estará en todos los campus de la UC para mostrar al resto del alumnado cómo, una vez más, la máquina nos pasa por encima.
Debo reconocer que no soy amigo de las protestas. Me empelota esa parada neo-hippie de pasear por las calles para entregar una carta que nadie leerá, y luego quedarse gritando hasta esperar al pelotudo de turno que se ponga a tirar piedras.
No hay nada malo en reclamar por tus derechos, el problema es la forma de hacerlo. La de hoy no fue una manifestación más, fue la mas entretenida fiesta ilegal que haya visto, donde los intelectualoides graves se quedaron en la casa y fueron reemplazados por vestidos de fiesta, trajes de gala y consignas ingeniosas. Todo al ritmo del "Galeón Español". Seguro que nadie los pescó, pero nadie pesca nunca de todas formas. Además lo comido y lo bailado (literalmente) no lo quita nadie.

el nuevo sabor del dia

En varios lugares de comida, sobre todo donde venden helados, hay un cartel a la entrada que te ofrece el sabor del día. Si entras ahí ya sabes más o menos a que atenerte. No creo que cause emoción en nadie si el sabor en cuestión cambia de chocolate suizo a especial triple moka o a pistacho, pero ahí está ese cartelito, aportando su pequeña cuota de individualidad a cada jornada.
Esto no tiene casi nada que ver con lo que de verdad quiero decir. El punto es que fui a ver la película Garden State. Fui solo, aburrido de no encontrar partners para ir al cine, pero creo que fue mejor, porque pude estar cómodamente echado en dos asientos, con las patas pegadas al respaldo de adelante, comiendo como cerdo y sin fingir caras, frases, risas o nada. Tan libre como en el living de mi casa.
La última escena de la película (no tengo intención de cagarles el final, además GS no es una historia demasiado original: como en casi todas las buenas historias, lo que importa es cómo te la cuentan) muestra a los protagonistas abrazados en un aeropuerto, preguntándose “¿y ahora qué hacemos?”.
Y así termina todo. Abrazados a alguien o no, ése es el final de todas nuestras películas, las que vemos y las que vivimos día a día. Está bien preguntarse lo que viene, está bien no saber cuál es el próximo sabor del día. Seguro que a veces dan ganas de andar profetizando los condoros y de paso ahorrarse unas cuantas depresiones, pero al tercer día de conocer de antemano la historia, supongo que pierde la gracia.
A esa conclusión llegué hoy. Probablemente no todos sus capítulos son brillantes, pero los mejores guiones siguen escribiéndose en las vidas reales. Cuando desperté esta mañana, no sabía que iba a resucitar mi viejo blog con estas líneas. De modo que aquí estoy de nuevo, poniendo parte de mi propia película en una función pública.
Claro que esto no es matiné, vermouth y noche. No aseguro regularidad, mal que mal estudio periodismo y mi pega se trata básicamente de tirar ideas frente a un teclado, así que esto es casi como hacer horas extras. De todos modos, garantizo que ahora tengo más cosas que decir que antes. Y si no, me las invento. Total, este humilde guionista aprende algo nuevo todos los días.